¿Nunca más? La ONU intenta un lavado de imagen por ANNE BAYEFSKY Chicago Sun Times El pasado lunes, las Naciones Unidas conmemoraron el 60 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz con una sesión de todo el día de duración en la Asamblea General que sirvió de apertura de una exposición. Durante todo el evento, las palabras nunca más se repitieron muchas veces. ¿Pero qué significa exactamente para los miembros y funcionarios de la ONU?. He aquí la cínica respuesta: aludían a que el secretario general se ha visto seriamente debilitado por el escándalo Petróleo por Alimentos y las actuales investigaciones criminales y del congreso, así como por el escándalo de los abusos sexuales de los refugiados en el Congo por parte de pacificadores de la ONU, y por la mala gestión de las acusaciones de abusos sexuales que son marca de la casa. Un secretario general ansioso por agotar los dos años que le quedan en el puesto ve en arrojar algo a los judíos, en la forma de conmemoración de la catástrofe de hace 60 años, un medio relativamente barato de redención. El alcance del ejercicio estuvo estrictamente controlado. Los europeos acordaron promover la sesión especial a condición de que no hubiera resoluciones, y de que no hubiera declaración final - en otras palabras, no molestarse en declaraciones de propósitos o en resoluciones. No estaban preparados para luchar con estados árabes musulmanes acerca del texto o de los productos. No se distribuyó ni un sólo documento de la ONU. Las reglas sobre el terreno para la sesión especial de la Asamblea General de la década anterior eran completamente diferentes. Esto sería estrictamente una conmemoración social. 138 miembros de la ONU estuvieron de acuerdo con la propuesta de celebrar la sesión especial, y uno más decidido a hablar del evento actual. De los restantes 50 miembros de la ONU, la mitad eran de la Organización de la Conferencia Islámica. Los estados miembros de la ONU dieron 41 discursos a lo largo del día. Tan sólo cinco discursos mencionaron a Israel. Hasta en los discursos de Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Australia no aparecía alusión a Israel. El superviviente del Holocausto y ganador de un premio Nobel Elie Weisel, que se dirigió a la audiencia, sólo mencionó a Israel una vez; citando las medidas que se podrían haber tomado, añadió “si Gran Bretaña hubiera permitido que más judíos volvieran a Palestina, hoy Israel, su tierra ancestral… habría prevenido o habría reducido el alcance de la tragedia”. Weisel también pidió el procesamiento de la condena del terrorismo suicida como crimen contra la humanidad (sin mencionar el contexto). Una recepción por la tarde atrajo centenares de judíos a la entrada pública de la ONU, donde se inauguró la exposición que contiene fotografías y trabajos del Yad Vashem. Recorriéndola, una se encuentra con la palabra Israel en una ocasión, en la última frase, que reza: “La mayor parte de los supervivientes del Holocausto emigraron al estado de Israel tras su establecimiento en 1945 siguiendo una resolución de las Naciones Unidas”. Cuando la exposición se inauguró, la multitud cantó el Hatikva, el himno nacional israelí -- aunque se dice que esta ruptura del protocolo de la ONU ha sido aprobada con el argumento de que la canción recordaba a todas las víctimas del Holocausto. Las reglas del juego fueron articuladas por el Secretario de Defensa norteamericano en funciones, Paul Wolfowitz, mientras hablaba en favor de Estados Unidos: “Hemos acordado hoy poner a un lado asuntos políticos contemporáneos, para reflejar los sucesos de hace 60 años en un espíritu de unanimidad”. Y a excepción de un comentario indirecto de Jordania y de una referencia directa a los palestinos por Venezuela, durante los discursos del día, la estrategia fue seguida. ¿El resultado?. Las Naciones Unidas parecen mejor a los ojos de muchos. El secretario general mejoró su imagen. Israel, el perdedor perpetuo en la ONU, fue el rey por un día. Pero la pregunta acuciante es, ¿a dónde lleva esta licencia “nunca más”?. Al quitarnos las gafas, notamos que en el último mes, la ONU ha adoptado 22 resoluciones condenando al estado de Israel, y sólo 4 resoluciones específicas de países criticando los expedientes de derechos humanos de los otros 190 estados miembros de la ONU. También en diciembre, la entrada pública a la ONU mostró la exposición de solidaridad anual con el pueblo palestino, mostrando una exposición acerca de la humillación palestina al tener que pasar controles israelíes. (No hubo mención ninguna al propósito de los controles, o a los israelíes que han muerto a causa de cinturones explosivos de palestinos que les rodean). Exactamente el mismo día en que el secretario general anunció la celebración de la sesión conmemorativa, el 11 de enero del 2005, también impulsó el plan de la ONU para crear un registro de víctimas palestinas de la barrera de seguridad no violenta de Israel. (No hay planes para crear un registro de víctimas israelíes del terrorismo palestino). En marzo, la ONU comenzará su sesión anual de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en la que Israel será el único estado miembro al que no se permitirá participar completamente, porque los estados árabes islámicos de la ONU continúan evitando que disfrute de igual pertenencia a un grupo regional. La ONU continúa careciendo de una definición de terrorismo, no habiendo transformado nunca los nombres de terroristas palestinos desde entidades abstractas a objetivos de condenas en la ONU o de consecuencias de cualquier tipo. Y hoy, podemos esperar cualquier día que el secretario general continúe su patrón de denunciar el ejercicio legal de autodefensa de Israel como asesinato extrajudicial, una contribución moralmente condenable al ciclo de violencia. En otras palabras, la demonización de Israel en la ONU y la luz verde que se da a los asesinos de israelíes que tal demonización persigue no les harán mover un dedo. Ésta es la cara del antisemitismo moderno. Los judíos de todo el mundo están en deuda con la voluntad y la habilidad de los israelíes de vivir y respirar autodeterminación. Cuando temas políticos contemporáneos son dejados a un lado, y la afirmación de la centralidad del bienestar del estado judío para el bienestar del pueblo judío no es la clave de una conmemoración del Holocausto, nunca más es una frase vacía. Lo que es peor, al situarse en una posición donde una resolución de la Asamblea General de la ONU afirmaba que el sionismo era racismo hasta 1991, y de la Declaración de Durbán del 2001, el mismo mensaje juega en manos de los que separarían a los judíos de Israel por ningún otro motivo que no sea el divide y conquistarás. El portavoz del senado italiano, Marcello Pera, fue el único participante no israelí que estuvo preparado para levantarse contra la rueda y tratar entre bambalinas, afirmando ante la Asamblea General que el antisemitismo de hoy... se alimenta...  de distinciones y insidiosas...  entre Israel y el estado judío, Israel y sus gobiernos, el sionismo y el semitismo. O... cuando la lucha por la supervivencia que llevan a cabo... los israelíes es etiquetada de 'terrorismo de estado'. ¿La respuesta más que cínica a nuestra pregunta original -- acerca del significado de nunca más?. Algunos supervivientes del Holocausto como Nesse Godin o el congresista Tom Lantos fueron capaces de hablar directamente -- durante el descanso no oficial para comer organizado por Bnai Brith, en una sala alejada de la Asamblea General. Alguna gente lo oyó. Las fotografías de Auschwitz se encuentran aún a la entrada del pasillo de la ONU durante algún tiempo más. Se asestó un golpe a los revisionistas del Holocausto. Y por un día, el estado democrático de Israel no fue el miembro vil de la ONU (un lugar en el que menos de la mitad de los miembros pueden llamarse libres, según la Freedom House). Cuando se dijo todo y se hizo todo, no obstante, la ONU recibió mucho más de lo que había dado. Mejorar la imagen de la ONU y de su secretario general podría demostrar ser más caro de lo que se ha ofrecido a los israelíes.