La reforma adecuada: examinando los intentos de arreglar Naciones Unidas. por Anne Bayefsky   Dos esfuerzos del Senado a propósito de la reforma de Naciones Unidas esta semana, uno por parte de los Senadores Coleman y Lugar, y el otro por parte de los Senadores Smith, Kyl, Coburn, Inhofe y Vitter, dejan claro que hay un tira y afloja en marcha entre el Congreso y Naciones Unidas. Lo que no está tan claro es quién está en qué bando y porqué. Sí se conocemos los escándalos y el motivo detrás de los llamamientos de reforma cada vez más audibles durante el año pasado: el Petróleo por Alimentos y el robo de billones de dólares por parte de un tirano a través de las manos de la ONU. Descuidos y prácticas contables de la ONU sorprendentemente inadecuados. Pacificadores de la ONU que violan a los refugiados que se les asignó proteger. Mala gestión de serias acusaciones de acoso sexual dentro de la organización por parte del Secretario General. Una factura de renovación inflada presentada religiosamente como fait accompli. Impotencia frente al genocidio en Sudán. Antisemitismo pandémico fluyendo por las venas de los principales organismos de la ONU, junto con los dobles raseros exclusivamente aplicados al estado judío. Una incapacidad a la hora de definir el terrorismo y adoptar una convención del terrorismo que apuntarían en la dirección de un puñado de organizaciones islámicas terroristas y de sus estados patrocinadores.   También conocemos las diversas sugerencias de “reforma” presentadas a regañadientes por muchos, presentadas apasionadamente por otros. Están las propuestas del Secretario General Kofi Annán que penden de un hilo. Él se concentra en problemas y soluciones que se encuentran en manos de los estados miembros, no en las múltiples capacidades y responsabilidades de su oficina y secretariado en la ONU. Pero aún así está demasiado feliz de anunciar en otras ocasiones que la ONU es mayor que la suma de sus partes — véanse sus reclamaciones del total equivalencia en el Cuarteto de Oriente Medio. Después están las propuestas del presunto movimiento de los no alineados — los 115 países que están alineados contra los intereses de Estados Unidos y con demasiada frecuencia, contra los intereses de la democracia. Quieren más ONU, más asientos en organismos relevantes de la ONU como el Consejo de Seguridad, más fondos de desarrollo para ellos mismos sin esas repugnantes “pre-condiciones democráticas, más representación en un consejo o comisión de derechos humanos expandido, y más tiempo para dilucidar qué cuenta como terrorismo en algún momento del futuro imprevisto. No muy por detrás se encuentran las propuestas de estados democráticos occidentales no satisfechos con su porción de la tarta, como Canadá, Alemania o Japón. Sus objetivos están en conflicto: Alemania y Japón quieren asientos permanentes adicionales no rotatorios en el Consejo de Seguridad sobre la premisa de que tendrán efectos benefactores inmediatos. Canadá quiere más asientos rotatorios, dado que la probabilidad de que tenga un asiento permanente no rotatorios es cero. Por supuesto, todo esto en nombre del multilateralismo altruista y el eclipse de la hegemonía del malo proverbial, Estados Unidos. En la batalla entra el Congreso. Una dura propuesta de ley presentada por el congresista Henry Hyde, presidente del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara, fue aprobada por la Cámara en junio. Establecería de requisitos de reforma detallados y fijaría reducciones obligatorias en las contribuciones norteamericanas a la ONU de no tener lugar esas reformas. El Departamento de Estado se manifestó entonces en contra de que se recortaran sus alas, los europeos entraron y salieron, y a la administración comenzó a preocuparle “actuar por su cuenta” para confrontar a su némesis. Así que la propuesta Coleman / Lugar que fue presentada el pasado martes, la “United Nations Management, Personnel and Policy Reform Act of 2005”, contiene menores requisitos de reforma y deja pendientes todos los recortes en las contribuciones. Imperturbado por la rutina del poli bueno, el Senador Smith presentó junto con otros la propuesta Hyde como “The United Nations Reform Act 2005”. En un escenario posible, podrían presentar la esta semana como enmienda a la ley de Financiación de Operaciones Exteriores, y evitar el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, del que nunca saldría. Si es así, la propuesta Coleman / Lugar podría ser presentada como segunda enmienda, y ser votada en primer lugar. Mientras tanto, hay programadas audiencias rápidas acerca de la propuesta Coleman / Lugar el jueves. De fondo, escuchamos los gritos histéricos familiares de unilateralismo provenientes de los abnegados franceses, rusos y chinos, que están ocupados manteniendo a sus compinches de negocios en Sudán e Irán lejos de la agenda del Consejo de Seguridad. Farfulleos similares llegan desde los magnánimos miembros de la Organización de la Conferencia Islámica (con países como Arabia Saudí, que ha determinado contribuciones a la ONU de un sobrecogedor 0,557 del presupuesto regular). Y rondando a la vuelta de cada esquina y rincón de Washington está el Secretario General y la maquinaria de la Fundación de la ONU de Ted Turner, luchando por sus asientos en la mesa inmerecidos e inhabitables. La democracia como requisito Personalmente me gusta la versión en la que el Secretario General anuncia — como repitió la semana pasada — “creo que todos tenemos que admitir que el consejo [de seguridad] puede ser más democrático y más representativo… existe un déficit de democracia en la gobernación de la ONU que debe ser corregido”. Mencionado sin el menor atisbo de vergüenza porque la misma entidad tiene objeciones a cualquier reforma que contenga un prerrequisito para pertenecer al Consejo de Seguridad — como el de ser realmente un país democrático. Por el contrario, la democracia al estilo de la ONU significa idealizar la Asamblea General, a pesar del hecho de que solamente 88 de los 191 miembros sean democracias completas (según la Freedom House). En palabrasdel documento de la posición china acerca de las reformas de la ONU, distribuido junio: “Las reformas deberían basarse en consultas… democráticas y… el consenso… la Asamblea General es un organismo importante de toma de decisiones democrática” — y mientras están en ello, “las reformas de la ONU deben observar los siguientes principios… no interferencia en asuntos internos”. Larga vida a la tiraníade la mayoría de la ONU. Si hubo algún momento en el que exponer el engaño de los que rezan en el altar de la ONU, el partido para la proliferación nuclear, el genocidio y el terrorismo sin fin a lo largo del tiempo, es ahora. Si la administración Bush rechazada realmente en la práctica las ventajas de la protección del dinero del contribuyente destinado a la ONU, probablemente sobrevivirá la mayor parte de alguna variante de la propuesta Coleman / Lugar. Por tanto es imperativo que la propuesta será reforzada significativamente para estar a la altura de la amenaza que supone la ONU para los intereses norteamericanos.   En su forma actual, la propuesta Coleman / Lugar contiene un llamamiento a propósito de la reforma del Consejo-Comisión de Derechos Humanos de la ONU: SEC. 9 (2)… crear un Consejo de Derechos Humanos, compuesto de Estados Miembros comprometidos a mantener los valores son representados en la Declaración Universal de Derechos Humanos… (8) hacer inelegible como miembro en cualquier organismo de derechos humanos de Naciones Unidas a un Estado Miembro que sea — (a) objeto de sanciones por parte del Consejo de Seguridad; o (b) se encuentre bajo una investigación por abusos de los derechos humanos ordenada por el Consejo de Seguridad; A juzgar por este “criterio”, Cuba, China, y Zimbabwe, actuales miembros de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, pueden desistir de su elegibilidad a su para el Consejo “reformado”. Todos han ratificado sin reservas tratados de derechos humanos “comprometiéndose a sí mismos a sostener su los valores con diligencia, en la cifra de países objeto de sanciones del Consejo o de investigaciones del Consejo relacionadas con los derechos humanos es minúscula. En su lugar, la propuesta debe insistir, en línea con los objetivos generales de la política exterior del presidente, en que una operación de una ONU de derechos humanos seriamente reforzada hace inelegible como miembro de cualquier organismo de derechos humanos de la ONU aún estado miembro, hubo aún experto procedente de un estado miembro, que no sostendrá en los valores representados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, incluyendo el respeto a la libertad individual, la libertad política y el mandato de la ley, o que viole sistemáticamente los derechos humanos de sus propios ciudadanos. En su forma actual, a propósito del carácter democrático o del agenda de la ONU, la propuesta simplemente pide: SEC 9(4) — reforzar el Caucu de Democracia de Naciones Unidas. (5) establecer en Naciones Unidas un Fondo de Democracia que sea administrado por el Caucus de Democracia de Naciones Unidas, que considerará y recomendará las propuestas para su financiación; Está garantizado que esta provisión tendrá poco o ningún efecto. El Caucus de Democracia, que llega a unos 125, contiene docenas de países que no son realmente democráticos. Los pasado sus fuerzas norteamericanos por consolidarlo ya se han topado con fuerte resistencia, incluso dentro de la Organización de Estados Americanos. Este es el momento — à la liderazgo de la propuesta norteamericana — de ser ambiciosos acerca de lo que debería significar un consejo de democracias dentro de la ONU. La propuesta debería insistir en que se promueva un Consejo de Democracia con puesto solamente de democracias hechas y derechas. Tal consejo debería buscar promover la democracia en todo el mundo a través de (i) la monitorización del comportamiento antidemocrático, (ii) proporcionar asistencia técnica a países que desean mejorar sus mecanismos de democracia, y (iii) coordinar la acción conjunta y el apoyo mutuo en el contexto de todas las actividades de la ONU. ¿Y qué tal añadir algo que realmente pueda impulsar la reforma pro-democracia? La propuesta de ley podría insistir en que la ONU creara una oficina para monitorizar el avance democrático, identificar sin los indicadores de desarrollo que garanticen las condiciones democráticas y desarrollar mecanismos que promuevan su cumplimiento. La prueba de Israel La omisión más deslumbrante de la propuesta de ley es quizá la verdadera prueba indicadora de reforma en la ONU — eliminar el tratamiento destacadamente discriminatorio de Israel en la ONU y su parálisis virtual al ahora de luchar contra el antisemitismo. A pesar de la verborrea del Secretario General, aún rehúsa nombrar un representante es que si al para el antisemitismo, ser presión para lo que sería la primera resolución de la historia de la Asamblea General específicamente acerca del antisemitismo, o encargar un informe dedicado a la materia. La propuesta, sin embargo, no contiene ni una simple “mención” a Israel, el antisemitismo y la ONU. El único requisito, según la propuesta: SEC. 10. … los Estados Unidos deberán utilizar su voz y votar en Naciones Unidas… (2) para recomendar a los miembros del grupo de Europa Occidental y Otros (WEOG) que se proporcione a Israel el estatus de miembro permanente en el grupo regional a lo largo de todo el sistema de Naciones Unidas“. ¿Recomendar? Estados Unidos lleva años recomendando que finalizará la exclusión de sólo Israel de la pertenencia completa a un grupo regional de la ONU, en violación de la Carta. ¿Por qué comité de la propuesta en la abolición de la maquinaria de la ONU dedicada todo el año a la demonización del estado judío? Consta que el ex portavoz Newt Gingrich ha peligro su vagón Jean. Si las audiencias sin de la propuesta de ley tiene lugar como está planeado, iluminar la posición Demócrata a través de la aparición programada del ex Senador George Mitchell estaría en el orden del día. Los detalles no son complicados. Lo que se necesita es un llamamiento a abolir los siguientes organismos o sus sucesores con otros nombres, sus mandatos, programas y actividades: (a) la División de los Derechos Palestinos, (b) el Domité sobre el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino, (c) el Comité Especial para la Investigación de las Prácticas Israelíes concernientes a los Derechos Humanos del Pueblo Palestino y de Otros Árabes en los Territorios Ocupados, y (d) el programa especial de información acerca de la Cuestión de Palestina. Al final, la propuesta Coleman / Lugar no pone condiciones a las contribuciones norteamericanas automáticas a la ONU si la reforma fracasa — una debilidad que reforzará a la multitud “juguemos al juego de reformar la ONU”. Pero si la motivación es la a llevan por cuenta propia en el fondo, existe incluso una justificación mayor para las reclamaciones fuertes de que se enfrenten finalmente los fracasos fundamentales de la ONU y su abuso de los fondos norteamericanos. Nada, es decir, excepto en la pretensión de cooperación y consenso que sustituya el progreso en la ONU. — Anne Bayefsky es miembro permanente del Instituto Hudson y profesora externa del Touro College y del Metropolitan Colege de Nueva York.