Curso de demonización de Israel para tontos por Anne Bayefsky La respuesta de Craig Mokhiber, director en funciones de la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, a mi artículo acerca de Durbán II proporciona el ejemplo perfecto de demonización de Israel que está llevando a cabo Naciones Unidas. El plan de juego por pasos que — repetido durante años por todo el entramado — atentamente disemina Mokhiber. Primer paso: Pinta todo lo que hace Naciones Unidas — fomento del odio incluido — de defensa de los derechos humanos. Paso dos: Simula que los críticos son incapaces de seguir los actos de Naciones Unidas o que ignoran las sutilezas de los asuntos de Naciones Unidas. En este caso, Mokhiber empieza por afirmar que mis críticas a sus declaraciones no pueden ser plausiblemente precisas, dado que “…ni siquiera estaba físicamente presente.” Desafortunadamente para Mokhiber, me aseguré de que sus comentarios fueran grabados y los cité textualmente según lo registrado. Tercer paso: Monopoliza la palestra y berrea racismo, persecución de los palestinos y ocupación extranjera, todo a la vez. “A continuación sugiere, bastante sorprendentemente, que los palestinos no han sido perseguidos en los territorios ocupados. En mi opinión, esta es la mejor defensa de la necesidad de un proceso internacional, como Durbán, para combatir el racismo. El hecho de que la persecución prosiga es motivo suficiente…” Un chute de adrenalina de Naciones Unidas para los defensores del sionismo-es-racismo y el apartheid-Israel. Paso cuatro: Acusa a los que se oponen al trato que recibe Israel de Naciones Unidas de propagar la idea de que Israel no puede hacer nada mal. “Asumo que la difamación evidente el artículo de Bayefsky procede de su convicción ideológica en que cualquier debate de la situación de los derechos humanos es Israel es simplemente inaceptable. La proverbial paja en ojo ajeno. Una ficción nunca pronunciada por nadie en ningún lado.” Quinto paso: Retrata a cualquier crítico de los prejuicios de Naciones Unidas contra Israel de mentalidad estrecha, parroquiana e insensible. “… el impulso de una agenda común para la humanidad… Bayefsky no comparte esta agenda… Entrando en materia, si los judíos están realmente interesados en los derechos humanos deben poner al mal tiempo buena cara por esa agenda común, el bien general – aunque nadie está sugiriendo construir un régimen de derechos humanos sobre la desigualdad de cualquier otra minoría.” Sexto paso: Ponerse los derechos humanos por montera y proclamar un compromiso imperecedero con la aplicación universal de los derechos humanos; todo sufrimiento es igual; no hay jerarquías; esto trata de ser equitativos. Defendemos a la víctima, al margen de quién sea el agresor. Sucede simplemente que la idea de Naciones Unidas de ser equitativos consiste en etiquetar a los palestinos de víctimas de racismo israelí al tiempo que los autores del antisemitismo y el anti-sionismo son entidades abstractas. Séptimo paso: Teniendo en cuenta que es probable que virtualmente nadie se lea el texto real de un documento de Naciones Unidas — manipula su contenido. No des ninguna pista de dónde encontrar las palabras controvertidas entre los 341 párrafos. Los lectores deben “leer la Declaración de Durbán y juzgar por sí mismos si hay algo ofensivo o no. . . Una valiosa plataforma de la lucha de la comunidad internacional contra el constante azote del racismo.” De manera que aquí están. La Declaración de Durbán reza: “Las víctimas de racismo, discriminación racial e intolerancia parecida… (63) Estamos preocupadas por la situación del pueblo palestino bajo ocupación extranjera…” Octavo paso: Culpa a los miembros de Naciones Unidas de todo. Simula que son simplemente indefensos engranajes del mecanismo. “El proceso de Durbán… es un proceso intergubernamental establecido por los gobiernos… Son por tanto los propios gobiernos los que son responsables de él en última instancia. Y los racistas no tienen forma humana. Pero después Mokhiber no niega que mientras era representante de una ONG afirmaba que “una de las características de la violencia que se perpetra contra los palestinos es [que es] aleatoria. Se perpetra contra los ancianos, los enfermos, cualquiera que resulte ser un miembro no judío de esa sociedad. Es claramente violencia racista.” De hecho, él no hace ninguna tentativa de rechazar esas palabras. Excepto que ahora es un funcionario “derechos humanos” de Naciones Unidas en un cargo desde el que poner en práctica sus creencias. A propósito, la primera sesión sustancial del comité preparatorio de Durbán, orquestada al milímetro por su presidencia libia, finalizaba en Ginebra hace una semana y confirmaba el diagnóstico que yo realizaba en mi artículo original de febrero. Durbán II, al margen de su forma final, se está creando a medida para convertir a los violadores de los derechos humanos en víctimas, socavar las libertades inherentes a una sociedad democrática con la excusa de difamación del Islam” y proporcionar una plataforma más desde la que demonizar a Israel inventado una relación racismo-judíos. En los viejos tiempos, esto se llamaba antisemitismo. En las Naciones Unidas de hoy en día, esto se llama derechos humanos. Anne Bayefsky es doctora en Derecho Internacional por las universidades de Toronto y Oxford y es un miembro distinguido del Hudson Institute, el Instituto Hoover y la Fundación para la Defensa de las Democracias.